NUESTRA VISIÓN
Los maestros de la Escuela
La Escuela de Cábala es un espacio de desarrollo espiritual donde diferentes profesores presentan, dentro de sus cursos, sus interpretaciones personales de los antiguos textos cabalísticos.
En nuestra Escuela no existe una «línea de pensamiento».
Tenemos maestros de cábala que tienen una visión moderna y otros que se fundamentan literalmente en antiguas ideas.
Tenemos maestros de cábala especializados en las meditaciones y otros maestros que se inclinan hacia el estudio intelectual de las fuentes.
Tenemos maestros de cábala que se especializan en áreas más técnicas del conocimiento y otros maestros más emocionales.
Tenemos maestros que tienden hacia lo universal y otros más etnocéntricos.
Tenemos maestros ortodoxos y maestros laicos. Tenemos maestros de todas las religiones.
Tenemos maestros que insisten en relacionar la cábala con las fuentes de la Torá y otros maestros que no consideran necesario insistir en una relación que ya se presupone.
Tenemos maestros más o menos dogmáticos y tenemos maestros que destruyen todos los dogmas.
Tenemos maestros mujeres y hombres, tenemos maestros judíos y gentiles, tenemos maestros abiertos y maestros un poco más cerrados.
Lo importante, para nosotros, es que los alumnos de nuestra Escuela pueden percibir las diferencias entre todos ellos, para que cada alma logre encontrar su propio camino.
Ningún maestro, gracias a Dios, sigue estrictamente mi línea, porque nadie puede reemplazar la luz de cada uno.
Y, pese a todas nuestras diferencias, es el deseo de todos aportar nuestro granito de arena al Tikún Olam.
Cada maestro tiene su propia interpretación de la cábala y ese es el privilegio del universo de Briá, porque a cada alma le corresponde revelar su letra en la Torá, como dijo Isaac Luria.
Nuestra escuela es abierta a todos, porque nosotros creemos que cada alma tiene algo que aportar y que, como Dios a través del arco iris estableció la Alianza de Noé, nos necesitamos de todos los colores…
Que cada maestro de esta escuela nos guíe por el camino que Dios le ha otorgado.
Nadie puede juzgar ni criticar el camino del alma del otro, porque así Dios diseñó ese camino para cada uno.
Y nosotros solo podemos ayudar a que las luces de todos brillen.
La esencia de los verdaderos maestros es mostrar el camino para que cada alma encuentre el color del arco que le pertenece.
Por mi parte, creo que cada alma debe elegir algo de todos los colores porque Dios no realizó la alianza con ningún color en particular, sino con todo el arco iris…
Estoy orgulloso de todos los maestros de la escuela, pese a las grandes diferencias que pueda tener con ellos, porque el amor siempre une y nunca divide.
Desde el corazón,
©Mario Saban