ESCRITO POR NACHO NEWMAN [profesor de la Escuela de Cábala].
La experiencia del yo en este plano de “realidad” se manifiesta, desde mi punto de vista, como un estado alucinatorio controlado.
La alucinación del yo es un producto de Biná.
La Biná, en el plano metafísico, construye el discurso que en química manifiesta la percepción y la autopercepción. La percepción alucinatoria del otro o lo otro nos permite, en nuestra edad temprana, la construcción de nuestra autopercepción, pero dicha autopercepción no es más que un producto de esa alucinación. Durante nuestro desarrollo en la materia, la experiencia autoperceptiva vibra en armonía con los diferentes niveles del alma, primero en Néfesh y luego en Rúaj.
Hago referencia y medito sobre la reflexión compartida por Mario Sabán sobre la cita de Cordovero «La única realidad es información».
Pero, claro, información que es gestionada por Biná, que no es conocimiento y menos sabiduría.

¿Cómo gestiona Biná esa información? ¿Podemos decir que la alucinación a la que hago referencia está construida por la información a la que hace referencia Cordovero?
Podemos decir que la misma esencia de esa construcción encarnada por Biná es en sí misma una alucinación. ¿Biná es una alucinación? ¿Creemos que pensamos?, si Biná es también una alucinación, una experiencia alucinatoria que intenta establecer un orden. ¿Quién o qué dicta el discurso del “orden” o del “caos” en esta alucinación?
¿Existe la alucinación correcta o incorrecta, armónica o inarmónica?
La alucinación a la que hago referencia no es sinónimo de distorsión, sino de fidelidad o no a la sintonía del cosmos. Podríamos decir que existe una experiencia alucinatoria armónica o una experiencia alucinatoria inarmónica.
La alucinación correcta es aquella que es inspirada, guiada, desde Jojmá hacia Biná y que desemboca en Tiféret como confluencia de los niveles del alma Rúaj y Neshamá con una tendencia progresiva a Jaiá antes de la unificación en Iejidá.
Podemos decir que es sana una “sub-copulación” de niveles superiores e inferiores de alma en Tiféret para que en él la experiencia del yo “armónico” se manifieste.
Un yo “armónico” en Tiféret es la alucinación “armónica” de yo.
Si la existencia material es una experiencia alucinatoria y la existencia inmaterial es subjetiva, ¿existe realmente la devekut o ya estamos dentro, adheridos, a la totalidad, gozando de un estado de alucinación y subjetividad del alma que el mismo Ein Sof se autoinfringe?
©Nacho Newman
Consulta el perfil del profesor Nacho Newman en la Escuela de Cábala: Ver perfil
Cábala y Música: un avance en la Metamúsica
Describiremos la “música” y su naturaleza energética como manifestación en el plano cosmogónico desde el Tzimtzum hasta su manifestación y conexión con los niveles del alma y su integración en Iejidá.