Homenaje a Jaime Villarrubia en la Escuela Psicología y Cábala

Mario Sabán y Jaime VillarrubiaEl día viernes 7 de julio abriremos las puertas de la Escuela de Cábala para rendir homenaje al cabalista español Jaime Villarrubia (Z”L), quien difundió la Cábala en España y en el mundo en una época en la que nuestra sabiduría estaba aún muy escondida. 

«Conocí a Jaime en un seminario que impartí en Madrid hace unos dos años y fue muy conmovedor el encuentro. Jaime Villarrubia fue uno de los hombres que más dominaba la guematria (la numerología cabalística)», explica el Dr. Mario Sabán. 

Autor de numerosos libros: Kabbalah en píldoras, La esquina del tiempo, Sefer Ha Neshama, Tzalaj: los diez mandamientos a la luz de la cábala, Las letras hebraicas y sus pruebas iniciáticas y su monumental Diccionario de Guematria.⁣

Jaime falleció el 22 de enero de 2023.

La Escuela de Psicología y Cábala le rendirá este homenaje a quien fue una luminaria, un mekubal y un tzadik. 

Tendremos el privilegio de contar con la participación de su hija, Pilar Villarrubia. 

Os esperamos en este evento de homenaje que organiza la Escuela de Psicología y Cábala. 

El evento se realizará a través de Zoom. El acceso es gratuito y abierto a todos. 

Puedes reservar tu plaza en este enlace—> https://bit.ly/evento-villarrubia

Que las almas de los justos que nos precedieron nos sigan iluminando.


Una breve historia de la vida de mi padre: Jaime Villarrubia

ESCRITO POR PILAR VILLARRUBIA

Jaime VillarrubiaSiete meses antes de empezar la guerra civil española, nació Jaime Villarrubia en Añover de Tajo, provincia de Toledo, concretamente el 30 de diciembre de 1935.
Pasó parte de su primer año de vida en una cárcel de mujeres, junto con su madre y abuela. Esta situación social marcó su vida; el miedo de aquellos años, transmitido por las mujeres de la familia, le acompañarían toda su vida.

Su madre le decía: “Tú tienes que ser de los que miran el futbol, no de los que juegan”. Con varios fusilamientos familiares en aquella época, la impronta de la muerte acompañaba sus primeros años de vida, normalizando las relaciones con otras realidades. Añadiendo varias enfermedades de pequeño, parece que la vida le guiaba a desarrollar su intelecto y espiritualidad, más que su parte física.
Con capacidad de investigación y de creatividad, una memoria increíble y lector hasta la saciedad, dominaba las letras, los números, el dibujo, el discernimiento… y otras cualidades que forjaron al cabalista.

Le gustaba que sus escritos y charletas tuvieran ese punto de herejía, como él solía decir.

Fuera de las instituciones religiosas, dedicó tiempo al estudio de La Torá y el Corán; se manejaba lo suficiente como para poder leer estos libros en sus lenguas originales.

Libros escritos por Jaime Villarrubia

Dentro de los libros que escribió, destaco:

  • Las letras hebreas y sus pruebas iniciáticas. Las tentaciones en los senderos del Árbol de la Vida, un recorrido espiritual por el alfabeto hebreo, escrito junto a María Selene Camuñas.
  • Tzalaj, Los Diez Mandamientos a la Luz de la Cábala, propuesta para una clave interpretativa.

Su mente matemática y sus conocimientos de historia le llevaron a descubrir unas fórmulas matemáticas, y en el 2005 sale a la luz La Esquina del Tiempo, en el cual participó mi hermano Iván.

En el Sépher haNeshamá, Manual de Kabbalah Práctica. El Programa de Vida y la investigación del Tikún desarrolla minuciosamente cómo levantar el Árbol de la Vida personal en un libro de más de 900 páginas (el ladrillo), en el cual colaboran María del Carmen Haut y Dulce María Millera.

Uno de los mayores legados que deja, desde mi punto de vista, es el Diccionario numérico, hebreo- español. En alguna ocasión me comentó el esfuerzo tan grande que le supuso hacerlo.

Pero, no solo escribió cuentos y estudios sobre Cábala como Relatos de las dos orillas, El moai caído o Kabbalah en píldoras, sino también poemas en árabe, como Hoy he visto el rostro de Allah y otros en castellano, como Amanecer, dedicado a las mujeres. Sefer Otiot, Libro de las Letras y Los hombres de negro deben morir están sin publicar.

Amante de las barajas de Tarot, coleccionó cartas de todo tipo, ideando y creando Las Cartas del Rocío, así como Las Cartas del Pueblo Guía, donde plasmó perfectamente los patrones arquetípicos de la Torá y el pueblo judío.

Sus dibujos eran de gran ayuda en clase, y la mayoría de sus cuadros muestran códigos, conteniendo simbolismos bíblicos, proféticos o cabalísticos. Las presentaciones para sus charlas estaban llenas de colores, y él decía que era capaz de distinguir colores que otros no percibíamos.

Tiene varios Árboles de la Vida pintados, e hizo una relación de los colores y sus significados en una Estrella de David, que dio pie a la publicación de un libro llamado Sabiduría del Color escrito junto con Marta Tamar Looz.

Por otro lado, mi padre creía que «sólo tú te puedes sanar a ti mismo.

Proponía herramientas terapéuticas como el pozo, quitarse el nombre, los criterios Lucis, así como la línea de tiempo y la proyección mental de círculos de colores en una pantalla para diagnosticar y sanar.

Frases de Jaime Villarrubia

  • «Exijo vivir esta situación», reivindicando vivenciar cualquier crisis, para extraer lo escondido en ella.
  • «Para ver las cosas con claridad utiliza la cesta, puedes poner naranjas (que son los hechos) pero los líquidos (las emociones) se cuelan».
  • «Abandonar las no verdades, para que se manifiesten las verdades».
  • «Aceptar lo que es, tal cual, sin cambiar nada, sin oposición alguna».

Dio clases del Árbol de la vida, Tarot, Tikún y varias conferencias sobre sus estudios; una de las que más he disfrutado fue la de Kabalah y Música, que hizo con mi hermano Iván.

El día 22 de enero de este año fue luna nueva.

La luna nueva de Acuario o 29 de Tevet del 5783 en el calendario judío. Los judíos celebraban la Hilulá (aniversario del fallecimiento) de Isaac Kaduri, uno de los mayores místicos judíos del siglo XI, abriendo un portal directo con las divinidades.

En el día del cambio entre el Tigre de Agua y el Conejo de Agua, en el calendario chino, a la hora más fría de la noche, justo antes del amanecer, el nefesh (alma vital) de mi padre, Jaime Villarrubia Ortega, con 87 años, abandonó su cuerpo y este quedó con la sonrisa pacifica de haber completado su tikún, su misión de vida.

©Pilar Villarrubia


 
0

Tu carrito