Cómo hacer frente desde la cábala a las interferencias diarias

«Existen caminos secretos que el Satán no conoce, pero que los cabalistas conocemos para subir a Kéter sin interferencias». Aryeh Kaplan (1934-1983) 

Cuando tenemos un proyecto personal real, la concentración es fundamental. 

Facebook, Instagram, Zoom, Whatsapp, móviles, chats… todas son importantes herramientas para la comunicación moderna. 

Sin embargo, ¿qué sucede cuando se traspasa la línea entre la comunicación y la adicción? 

Antes de la aparición de estos medios de comunicación, muchas personas no alcanzaban a realizar sus proyectos personales. Esto significa que no son los medios que utilizamos los que nos desvían de nuestro proyecto, sino la actitud interior que tenemos.

Análisis del problema de las interferencias desde la cábala

La dimensión de la Biná es la que se ocupa de los detalles de la vida cotidiana: las llamadas, las labores diarias, los hijos, la limpieza, los pagos, los impuestos y un largo etcétera. 

Para que la dimensión de la Jojmá, que trabaja en el largo plazo de nuestro proyecto personal, pueda desarrollarse necesita tiempo; pero no fragmentos de tiempo, sino un tiempo de dos o tres horas al día como mínimo. Los grandes cabalistas recomendaban a otras personas una hora al día de meditación, pero ellos realizaban un trabajo de introspección de tres horas al día. 

Los cabalistas ocultos de la escuela de Bet El en Jerusalén meditan tres horas antes de un rezo para prepararse para ese momento. 

Como occidentales, nuestro tiempo es escaso, porque sufrimos gran cantidad de interrupciones. 

¿Cuáles son las interrupciones más frecuentes? Las «autointerrupciones».  

Cómo funciona el alma

Vamos a ir paso a paso intentando explicar cómo debe funcionar el sistema y cómo funciona el alma.

Es verdad que la Biná se debe ocupar de los detalles; sin embargo, la Biná y la Guevurá deben encontrarse activas para fortalecer los límites. Los límites que nos podemos imponer a nosotros y que debemos imponer a los demás son claves a la hora de despejar el tiempo disponible. 

Sin tiempo disponible no podemos leer, no podemos estudiar, no podemos meditar, no podemos ocuparnos de aquellas tareas que tendrán resultados en el largo plazo. La carrera para la Jojmá es siempre una carrera de fondo. 

La Biná debe estar al servicio de la Jojmá, enfocando, organizando el tiempo, no agregando más tarea que la que uno puede realizar. 

Cuando se tiene menos de 40 años las energías sobran: por ese motivo, el desafío es enfocarlas lo mejor posible. 

La cantidad de energías que se pierden porque no estamos enfocados es enorme. Mucha gente ha realizado grandes esfuerzos a lo largo de su vida, pero las interferencias hacen que no puedan ver resultados. Siempre que en la mística hablamos de resultados hacemos referencia a resultados de cambio de consciencia en la interioridad. 

Hay momentos para la acción y momentos para el silencio. La acción debe ser una acción meditada y enfocada. El silencio no implica el borrado de los contenidos de la mente, sino la relajación y la inspiración con contenidos. 

La Jojmá implica mucha actividad espiritual interior y poca actividad exterior. La Biná se encarga de la actividad exterior, pero sin abandonar en forma simultánea la actividad interior.

Hay personas de mucha actividad exterior porque tienen una Biná poderosa, pero la Jojmá no se logra desarrollar. Y hay personas contemplativas en la Jojmá que son inactivas en el exterior.

Como decía Najmán de Bratzlav, «los extremismos son totalmente innecesarios».  

Cuando percibimos un alma con una gran Biná y poca Jojmá, nos damos cuenta cómo no puede desarrollar su interioridad porque se auto-boicotea con actividades exteriores.

Cuando percibimos un alma con una gran Jojmá y poca Biná, nos damos cuenta cómo no puede desarrollar la actividad que necesita en Maljut porque está desenfocada, y su estado contemplativo puede ser excusa para la holgazanería. 

Las almas con una Biná fuerte son hiperactivas, pero no tienen profundidad, porque no tienen desarrollada la Jojmá.

Las almas con una Jojmá fuerte son hipermeditativas, pero no tienen la capacidad de llevar a la acción material sus objetivos, porque carecen de la concentración de la Biná. 

Qué solución propone la cábala para equilibrar el alma

La única forma de equilibrar el alma y no tener interferencias es desarrollar una Jojmá que permita la meditación del largo plazo, pero que no nos deje en un estado pasivo, sino que nos permita la actividad; pero una actividad bien organizada por la Biná. Y, a su vez, desarrollar una Biná potente para dar «forma» a las ideas con el fin de llevarlas a la acción.

Las almas de fuerte Biná se resisten a la espiritualidad pensando que pueden caer en la holgazanería y las almas con potente Jojmá se resisten a la acción material porque la perciben como «impura», ya que exaltan un estado contemplativo sobre la acción.

La cábala propone potenciar las dos dimensiones. 

Si el alma logra tener una Biná potente que organice los contenidos de la Jojmá y los lleve a la acción, y si logra una Jojmá que pueda disfrutar de sus espacios interiores sin caer en la holgazanería ni el hastío, entonces y solo entonces alcanzamos la paz espiritual de la Tiféret, el más potente Daat para elevarnos a Kéter y un estado de éxtasis continuo recorriendo todo el Árbol de la Vida Eterna. 

Que todos seamos merecedores de alcanzar la máxima luz de Dios.

Shalom y adelante, ¡siempre adelante! 

©Mario Javier Saban 


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