⁣El mes de Av: de las tinieblas a la luz

ESCRITO POR MARIO SABÁN [director de la Escuela de Cábala].

El mes de Av tiene mala fama. Según la tradición, es el mes en el que operan las fuerzas negativas. El día 9 de Av, como sabemos, se destruyeron los dos templos en Jerusalén.

Cosmogónicamente, en el nivel del sod, estamos haciendo referencia a la ruptura de los recipientes en el Tzimtzum Álef (en la primera auto-contracción del Infinito).

Sin embargo, Av esconde una poderosa energía positiva, una energía que pertenece a la era mesiánica. Se dice que al final de los tiempos el mes de Av será el más feliz de todos los meses.

¿Cómo será posible esta transformación?

El mes de la máxima oscuridad se transformará en el mes de la luz más potente. El secreto se halla en comprender qué significa realmente la reconstrucción del Tercer Templo.

Lamentablemente se insiste de forma literal que el Tercer Templo se reconstruirá y comenzarán nuevamente los sacrificios de animales, pero en el nivel del sod el Tercer Templo es nuestra alma. Cada uno de nosotros es el Tercer Templo.

Cada uno de nosotros tiene que ir uniendo los fragmentos de nuestras almas rotas. Debemos realizar la introspección que nos permita construir la unidad perdida de nuestra alma.

Este mes de Av no es un tiempo de oscuridad, es el momento en que la luz escondida solo se encuentra demasiado oculta. El nivel de ocultamiento de la luz divina es equivalente al nivel de energía de dicha luz.

Av esconde, en realidad, la luz de la redención, es el mes del Reino de Dios que irrumpirá en la era mesiánica, cuando cada alma realice su rectificación total.

Este es el «secreto del mes de Av»: el Tercer Templo está dentro de cada uno de nosotros y su reconstrucción espiritual es nuestro tikún. Que los sacrificios de animales inocentes no sean más los que restituyan nuestra dignidad, sino que el verdadero sacrificio sea la aniquilación de nuestra propia oscuridad interior.

Que nuestra luz brille en el mes de Av para que las tinieblas de la humanidad se retiren y se revelen con toda su potencia.                                                  

©Mario Sabán


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